El 26 de julio, la comunidad parroquial de Santa Ana recibió al Sr. Obispo D. Faustino Armendáriz Jiménez, presidida por el señor cura Pbro. Hilario López Medina que manifestó el gozo y alegría de los fieles por la presencia de su Pastor Diocesano. Celebraron la Eucaristía para honrar a Santa Ana en su fiesta como protectora, modelo de esta comunidad y camino a Jesucristo el Hijo de Dios. Todos oraron por la unidad de las familias, de todos como hermanos en torno al altar de Dios, de manera especial se pidió por las personas de la tercera edad que como san Joaquín y santa Ana tienen una misión especial en sus vidas.
Durante la celebración el señor cura presentó a Mons. Armendáriz y a la asamblea, un grupo de hermanos de esta comunidad, incluyéndose él mismo, que fueron enviados para renovar como se hacía en la Iglesia primitiva, que enviaba llena de gozo a algunos de sus hijos a anunciar el Evangelio de salvación y ayudaban a los hermanos en la fe, ellos irán a los rincones de calles y hogares a llevar el mensaje del Reino, ahí donde falta la esperanza y la alegría de vivir, oraron por ellos invocando al Espíritu Santo, el principal evangelizador.
Monseñor Faustino envió a los misioneros escogidos con estas palabras: “El Evangelio que se proclama en esta Casa de Dios, anuncien los misioneros de palabra y obra en las plazas en las calles en las casas, en las familias, para transformar los corazones de los que escuchen y santifique el mundo donde viven”.
En la homilía el IX obispo de Querétaro explicó las palabras de Jesús: “Dichosos los que han escuchado la Palabra de Dios” y colaboran como misioneros llevando la Palabra de Dios a quienes cierran su corazón o por otras circunstancias no se pueden acercar a la Iglesia. Animó a todos constatando que hoy la comunidad asume su compromiso evangelizador enviando a estos misioneros.
El Sr. Obispo advirtió que no hay otro camino para nuestra Iglesia que colabora para erradicar tanto mal en el mundo, porque lo que se lleva es Palabra de Dios, buenas noticias, amor de Dios. Invitó a perseverar, a no continuar con los brazos cruzados, y ser testigos alegres del amor de Dios.
Acompañaron en la celebración un grupo de sacerdotes de la Diócesis, que celebraron a Santa Ana junto a la comunidad.