(CODIPACSQRO) Este 24 de mayo, Domingo Pentecostés, reunidos en la santa Iglesia Catedral de San Salvador, obispos, sacerdotes y fieles celebran la Misa de acción de gracias por la Beatificación de Óscar Arnulfo Romero.
La celebración es presidida por el señor arzobispo de San Salvador, S.E.R. Monseñor José Luis Escobar quien agradeció la presencia de obispos y sacerdotes extranjeros que acompañan en esta acción de gracias. Saludó a los fieles presentes en la Catedral y a quienes a través de la radio y la tv católica participan de esta celebración.
Antes de iniciar la santa Misa hemos recibido solemnemente las reliquias de Mons. Romero que quedarán en este recinto sagrado para su veneración. La reliquia es la camisa que llevaba el pastor cuando fue asesinado el 24 de marzo de 1980 en la capilla de la Divina Providencia en el hospitalito.
Seis obispos y unos 30 sacerdotes concelebraron, agradeciendo el don del martiro en monseñor Romero y pidiendo la gracia de seguir su ejemplo de amor a los pobres y necesitados.
En su homilía, monseñor Escobar retomó parte de la carta que el Santo Padre Francisco le dirigida con motivo de la beatificación: «en ella el Papa le llama a Monseñor Romero, padre de los pobres, y en la secuencia del Espíritu Santo que amamos de escuchar, el Espíritu Santo es el,padre de los pobres, cuando el Papa le llama así a monseñor Romero le hace el más grande de los elogio, significa que el Espíritu Santo estuvo en él. Lo animó, lo fortaleció, le dio la capacidad de amar a los pobres, a tal punto de dar su vida por ellos, viendo en ellos a Cristo, defendiendo sus derechos, es el Espíritu Santo, el gran actor de los santos».
«Amadísimos hermanos nosotros estamos invitados todos a seguir las huellas de nuestro querido monseñor Romero y por eso también el Papa nos invita a actuar como actuó monseñor Romero, con un corazón lleno de amor, amando a todos y luchando por La Paz, por el bien de todos, y nos ha pedido su santidad en su mensaje que trabajemos por una verdadera reconciliación en El Salvador.
«Monseñor Romero con la confianza puesta en el Señor, se mantuvo firme, fuerte, perseverante, valiente hasta el final, la pregunta es quién le dio esa perseverancia, ese amor sin límites. Y la respuesta es simple, pero profunda y verdadera: el Espíritu del Señor».
En la santa Misa también se anunció que las reliquias del nuevo beato recorrerán todas las diócesis de El Salvador y luego quedarán expuestas en la santa Iglesia Catedral para su veneración. Además cada una de las Catedrales de Centro América recibirán una reliquia del primer obispo mártir de América.
Auxiliadora García Bellorín
San Salvador, 24 de mayo de 2015