1. La encíclica Rerum Novarum, del papa León XIII sobre la llamada cuestión social de 1891, provocó una gran conmoción en las conciencias de los católicos y aún en los no creyentes. En México, aunque dada a conocer lentamente por causa de la situación política y de la difícil comunicación, generó lo que se llamaría el catolicismo social, que era la respuesta de los católicos a la problemática del país, precisamente llamada cuestión social.
2. Si concebimos al Estado como un organismo, la cuestión social se origina cuando el cuerpo social o la sociedad en general siente malestar o padece ya la enfermedad. El bien común se tendrá cuando se recobre la salud pública y todos y cada uno de los miembros gocen de bienestar. Mientras no se logre, se necesita de la acción social, es decir, que los miembros sanos vengan en auxilio de los miembros débiles o enfermos, éstos se curen y se obtenga la paz social. Toda esta enorme y comprometida actividad la provocó en México la encíclica del Papa León XIII, la Rerum Novarum, y la realizó la Iglesia católica.
3. Los obispos promovieron semanas, dietas, encuentros, congresos sociales o agrarios por todo el país, y se formaron grupos juveniles católicos con proyección social. Al finalizar el Congreso Nacional Mariano el 12 de Agosto de 1913, se inició la Acción Católica de la Juventud Mexicana, que jugaría un papel de primera importancia durante el conflicto religioso de 1926 a 1929, cuando oficialmente se fundó la Acción Católica Mexicana, y que sería semillero de apóstoles y de mártires. Después ha seguido dando numerosos y espléndidos frutos de fe y de vida cristiana a lo largo y ancho del país.
4. El Concilio Vaticano II, guiado por el Espíritu Santo, abrió nuevos cauces al apostolado de los laicos católicos, dándoles un sólido fundamento eclesiológico, generando así un florecimiento de movimientos y grupos apostólicos laicales, llegando a decir el Papa Juan Pablo II que la Iglesia necesita mostrar su rostro laical. Los fieles laicos son hombres de la Iglesia en el corazón del mundo y hombres del mundo en el corazón de la Iglesia (DP 786). Una diócesis o una parroquia que no forme y promueva a sus fieles laicos, hombres y mujeres, será una iglesia débil y enfermiza.
5. La Acción Católica, ahora más que nunca, debe recobrar su brío y encender su espíritu pararestaurar todas las cosas en Cristo, como dice uno de sus viejos y hermosos lemas. La Iglesia y el mundo necesitan de la Acción Católica, porque la Iglesia y el mundo necesitan a Cristo, y México mucho más. Los obispos hemos pedido que En Cristo, nuestra Paz, México tenga Vida digna. Pongan, pues, a Cristo en su mente, en su corazón y llévenlo en sus manos y en sus pasos, para que Cristo reine entre nosotros. Porque necesitamos a Cristo, necesitamos a la Iglesia; y necesitamos el Apostolado de los laicos y necesitamos a la Acción Católica. Sean lo que deben ser: ¡católicos en acción! para que la Paz de Cristo llegue a nosotros mediante el Reino de Cristo.Muchas gracias.
† Mario de Gasperín Gasperín Obispo de Querétaro