COMISIÓN DIOCESANA PARA LA PASTORAL DE LA COMUNICACIÓN SOCIAL
Oficina de Comunicación y Prensa Tel. (442) 212-28-50 – Cel. 044-442-128-74-04 Pbro. Lic. Saúl Ragoitia Vega Vocero de la Diócesis de Querétaro Miércoles 9 de mayo de 2012HACIA EL PROCESO ELECTORAL 2012
Introducción y saludo
1. Con las palabras de Jesús (“quien quiera ser grande entre vosotros, que se haga vuestro servidor”, Mt 20, 26) que nos invitan a entender que la autoridad siempre tiene como principio el servicio a los demás, los Obispos de la Provincia del Bajío (Diócesis de León, Irapuato, Celaya y Querétaro) saludamos a todos los fieles católicos y demás personas de buena voluntad con el fin de ofrecer a todos los actores del próximo proceso electoral del 2012, algunas reflexiones y orientaciones que ayuden a ejercitar el deber de participar con verdad y responsabilidad en el ejercicio cívico político que requiere dicho proceso.
Promoción de la cultura democrática
2. Los obispos mexicanos nos hemos declarado frecuentemente sobre la importancia de colaborar de modo permanente en la construcción y educación de una cultura democrática que nos permita vivir dentro de las condiciones de auténtica promoción humana, desarrollo integral y paz duradera[1] debido a que cada vez es más urgente “acompañar e impulsar, desde nuestra misión de pastores, el proceso democrático del país, superando el ambiente sofocante de desconfianza en las instituciones, proclamando los valores de una genuina democracia pluralista, justa y participativa, animando al pueblo hacia un real protagonismo”. [2]
3. Una auténtica cultura de la democracia es participativa y solidaria, representativa y subsidiaria, promotora de la dignidad y de los derechos humanos. Con estos elementos el sistema de gobierno democrático pretende ser una propuesta humana capaz de vitalizar la sociedad y sus instituciones. Sin ellos, las instituciones, por perfectas que sean, carecen de vida y se convierten con facilidad en espacios para el arribismo y el oportunismo populista en cualquier ámbito de la vida social. [3]
4. Ahora bien, la cultura de la democracia no se restringe a lo meramente electoral, sino que implica todas las actividades sociales del hombre que requieren participación, representación y promoción humana. Así entendida, la cultura de la democracia colabora a la construcción de la sociedad como sujeto de su propio destino, es decir, colabora a que el pueblo realmente ejerza el poder que le corresponde por propio derecho. Todos los agentes responsables de la educación debemos promover, a través de nuestros esfuerzos educativos, la cultura de la democracia. [4]
Proceso democrático
5. La Iglesia aprecia el sistema de la democracia, en la medida en que asegura la participación de los ciudadanos en las opciones políticas y garantiza a los gobernados la posibilidad de elegir y controlar a sus propios gobernantes, o bien, la de sustituirlos oportunamente de manera pacífica. “Una auténtica democracia es posible solamente en un Estad de derecho y sobre la base de una recta concepción de la persona humana. Esto requiere tener las condiciones necesarias para la promoción de las personas mediante la educación y la formación en los verdaderos ideales, así como la creación de estructuras de participación y corresponsabilidad”. [5]
6. “Una auténtica democracia no es sólo el resultad de un respeto formal de las reglas, sino que es el fruto de la aceptación convencida de los valores que inspiran los procedimientos democráticos como son: la dignidad de toda persona humana, el respeto de los derechos humanos, asumir el “bien común” como fin y criterio regulador de la vida política. Si no existe este consenso general sobre estos valores, se pierde el significado de la democracia y se compromete su estabilidad” [6] La manipulación o instrumentalización de estos valores hacen que la auténtica democracia pierda toda credibilidad, porque “una democracia sin valores se convierte con facilidad en un totalitarismo visible o encubierto; se vuelve fácilmente una dictadura y termina traicionando al pueblo”. [7]
Texto completo en: Mensaje de los Obispos de la Provincia Eclesiástica Bajío
VISITA PASTORAL AL DECANATO DE SANTA ANA
Hoy miércoles 9 de mayo, inicia la Visita Pastoral del Sr. Obispo D. Faustino Armendáriz Jiménez, IX Obispo de Querétaro, al Decanato de Santa Ana.
En la Circular N° 5, emitida el 16 de enero de 2012, Mons. Armendáriz invitó así a los sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles: “les exhorto a que en espíritu de comunión nos prepararnos para este encuentro fraterno, teniendo presente que el objetivo de la visita es: propiciar un encuentro cercano y cordial, de sacerdotes, vida consagrada, consejos parroquiales de pastoral y laicos, con su Obispo, para acercarse y conocer la situación que estamos viviendo, fortalecer la espiritualidad de comunión en la Iglesia diocesana y dinamizar la Misión Continental Permanente”.
El Decanato de Santa Ana, ubicado en la Ciudad Episcopal, comprende las Parroquias:
· Parroquia de Santa Ana (Barrio de Santa Ana)
· Parroquia de Cristo Rey (Col. Niños Héroes)
· Parroquia de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos (Col. Lomas de Casa Blanca)
· Parroquia del Divino Redentor (Col. Lomas de Casa Blanca)
· Parroquia de Nuestra Señora del Rosario del Rayo (Col. Cimatario)
· Parroquia de Santa María de Guadalupe (Col. Reforma Agraria)
· Parroquia de Nuestra Señora de Lourdes (Col. Lázaro Cárdenas)
· Parroquia de Nuestra Señora del Rosario (Col. Loma Linda)
El Padre Decano es el Sr. Cura Pbro. Manuel Tavera Pedraza.
Hasta el momento, durante la Visita Pastoral a los Decanato, el Sr. Obispo ha visitado 42 parroquias y 1 cuasi-parroquia, distribuidas en los Decanatos de Soriano, la Sierra, Santiago y Guanajuato.
La Diócesis de Querétaro tiene 109 parroquias y 2 cuasi-parroquias.