Con la presentación de los nombres referentes al día Domingo quiero explicitar el valor, el contenido y el significado del Día del Señor. Pues las riquezas del Domingo son tantas que no pueden ser expresadas solamente con un término. Me fijaré sólo en los más significativos y conocidos.
A) NOMBRES RELACIONADOS CON CRISTO
1) El Día Primero. Es la expresión bíblico-patrística que da al Domingo el simbolismo de la Creación y de la Nueva Creación, que es precisamente la Resurrección del Señor. Es una teología que expresa un aspecto característico de la Pascua como recapitulación y Nueva Creación. Es el Día con el que empezamos la nueva semana, con las primicias recibidas del Señor y ofrecidas a Él.
2) El Día del Señor. Día señorial, día que está todo él lleno de la presencia del Señor, que le pertenece, que reclama el encuentro con el Señor en la Palabra, en la asamblea, en torno al altar y en la Cena del Señor. La dedicación exclusiva de todo el día a Cristo es la forma explícita de hacer concreta esta denominación.
3) El Día Octavo. Esta denominación puede expresar el sentido del primer día, después del séptimo, y también el sentido escatológico del Domingo como día de la esperanza, anticipación de la Venida del Señor, inicio ya en esta vida de la gloria bienaventurada. La carta de Bernabé dice: “Justamente nosotros celebramos también el día octavo con regocijo, por ser el día en que Jesús Resucitó de entre los muertos” (Ep 15,9). Así lo llaman San Justino, Tertuliano, Cipriano, Basilio Magno.
Es oportuno recordar las palabras de San Agustín: “Este séptimo día será nuestro sábado, cuyo fin no será una tarde sino un domingo, como un octavo día que está consagrado por la Resurrección de Cristo; que prefigura no sólo el descanso del espíritu, sino también del cuerpo. Allí nosotros seremos libres y veremos; veremos y amaremos; amaremos y alabaremos. He aquí lo que habrá al final sin final” (De Civitate Dei, 1,22). El Domingo es imagen de Cristo que entra en el reposo de la gloria. Estamos ante un día que no tiene ocaso y significa la plenitud del tiempo. En efecto, el atardecer del Domingo tiene siempre un profundo sentido escatológico en la espera de un Domingo en el cual la Pascua se convierta en parusía. Para los cristianos no es indiferente esta tensión de esperanza y este sentido escatológico que la Celebración Eucarística y la Liturgia de las Horas tienen para alentar nuestro sentido de pueblo peregrino.
4) Día de la Resurrección. Este día es el indicado como Memorial de la Resurrección del Señor. El Papa San León Magno afirmó:”Es este día el día de la Resurrección del Señor, cuyo inicio, como es sabido, está fijado al atardecer del sábado” (PL 54,626).
5) El Día del Sol. La denominación pagana del día del Sol fue para los cristianos fácil de aplicar a Cristo. Muy célebre es la expresión de San Máximo de Turín: “El Domingo es para nosotros un día venerable y de fiesta, porque es el Día en que nuestro Salvador fue exaltado y resplandeció como el Sol, tras haber disipado las tinieblas del infierno con la luz de la Resurrección. Por eso este día para los hijos de este mundo, tiene el nombre del Día del Sol, porque Cristo, Sol de justicia, lo ha iluminado con su Resurrección” (PL 57,371). El Domingo recuerda el misterio de Cristo en el símbolo regio del Sol.
Recordemos que en la cultura romana, cada día de la semana llevaba el nombre de un planeta. En aquél entonces, sólo se conocían cinco, así que se completaba la semana con el Sol y la Luna. Precisamente el día del Sol era el que iniciaba el ciclo, le seguían el día de la Luna, el de Marte, el de Mercurio, el de Júpiter, el de Venus y el de Saturno.
Los cristianos cuidando de no caer en la idolatría, se mostraron reacios a aceptar esta denominación de los días de la semana. Pero pasaron a considerar a Jesús como el Verdadero Sol de Justicia, “el Sol que nace de lo alto” (Lc 1,78-79; Sal 18,6), la Verdadera “Luz del mundo” (Jn 8,112), con lo que decidieron llamar al DOMINGO ‘Día del Sol’.
Primero Dios, continuaré y terminaré la presentación de las riquezas del día Domingo teniendo en cuenta sus nombres en relación con la Iglesia, con el Espíritu Santo, nuevamente con la Creación y con el hombre.
Pbro. José Guadalupe Martínez Osornio Presidente de la Comisión Diocesana para la Pastoral Litúrgica Publicado en el semanario «Diócesis de Querétaro» del 20 de julio de 2014