(CODIPACSQRO) Se llevó a cabo la Santa Misa Crismal, en la que los sacerdotes de la Diócesis de Querétaro renovaron sus promesas sacerdotales, y el pastor diocesano, Monseñor Faustino Armendáriz Jiménez, bendijo los Óleos: el de los Enfermos, el de los Catecúmenos y el del Santo Crisma.
La solemne celebración dio inicio con el rezo de Laudes, donde los fieles representantes de las 112 parroquias de la Diócesis y el presbiterio, participaron de esta oración para conmemorar el Año de la Pastoral Litúrgica.
Durante la homilía, Monseñor Faustino se dirigió de forma especial a los sacerdotes indicándoles que este acontecimiento es una oportunidad para renovar el compromiso con Dios, que los distinguió con su elección y los ungió con su Espíritu. Los invitó, además, a “dejarse mirar” por el pueblo que desea que le expliquen las escrituras, que le muestren la grandeza de su misión y consagración que Dios les encomendó desde el día de su ordenación.
“Sería oportuno que en este día en que nos disponemos a renovar nuestras promesas sacerdotales, en un serio examen de conciencia nos hagamos las siguientes interrogantes: ¿Cómo nos ve la gente? ¿Qué experiencia tienen de mi sacerdocio? ¿Estoy caminando en la misma dirección que Jesús? ¿Soy capaz de ofrecer y cumplir con las expectativas de aquellos que se acercan buscando encontrar en mí el rostro de Cristo, la palabra de aliento, el consejo que ilumina, la fe y la esperanza en Dios? ¿O simplemente realizo mi tarea como un trabajador más, olvidando que la elección es para siempre? Mi estilo de vida ¿responde a ser otro Cristo? ¿Los frutos espirituales marcan la diferencia?” les indicó el Obispo.
Asimismo, Monseñor Armendáriz los invitó a mirar “el sacerdocio como lo mira el pueblo sencillo y creyente” y a “poner el corazón aquí, en medio de la asamblea santa”, porque “en medio de nuestro pueblo fiel, nuestra conciencia sacerdotal recupera la memoria de la unción, aquí se “reaviva en nosotros el don de Dios”, que recibimos por la imposición de las manos, aquí sentimos nuestra pertenencia y se vuelven claros los rasgos de nuestra identidad sacerdotal”.
Después de la homilía los más de 200 sacerdotes renovaron sus promesas, y el señor Obispo, asistido por los Diáconos, realizó el rito sobre las tres vasijas con el aceite perfumado, donde el pastor diocesano impuso las manos, hizo la oración de bendición y posteriormente, dio su aliento de vida.
Don Faustino fue acompañado por Monseñor Mario De Gasperín Gasperín, Obispo Emérito; Monseñor Martín Lara Becerril, Vicario General de la Diócesis; Monseñor Javier Martínez Osornio, Vicario de la Diócesis; y el padre Fidencio López Plaza, Vicario de Pastoral.
Al finalizar la celebración, los representantes de las 112 parroquias recibieron de manos del Obispo los Santos Óleos, para llevarlos a sus parroquias donde se les prepara una recepción solemne.
Karina Vianney González