(CODIPACSQRO) El seguimiento de Jesús es una vocación de amor que se realiza de diversos modos, en el sacramento del orden, en la consagración religiosa y en la vida de los fieles laicos, la mayoría del Pueblo de Dios. Los laicos son llamados a integrar su participación en la Iglesia y su siembra de los valores del Reino en la sociedad.
Las asambleas decanales en Santa Ana y en el Santo Niño de la Salud manifestaron el interés de los laicos de muchas comunidades, que como integrantes de los Consejos Parroquiales de Pastoral separan una jornada completa, para que junto con su señor cura presenten ante los otros consejos de las parroquias del decanato y ante el señor obispo su evaluación del año 2013 y programación para el 2014, partiendo de un actualizado análisis de la realidad, de cada parroquia, que según posibilidades camina y responde a su Plan Parroquial, orientado por el Plan Diocesano de Pastoral, las providencias marcadas por el señor obispo como fruto de la visita del 2013, teniendo en cuenta las orientaciones de la pasada asamblea diocesana referentes a acentuar la Liturgia.
El Papa Francisco reconoce el valor y la eficacia de los Consejos parroquiales, Consejos diocesanos y nacionales de fieles laicos, porque incentivan la comunión y la participación en la Iglesia y su presencia activa en el mundo. La construcción de la ciudadanía, en el sentido más amplio, y la construcción de la eclesialidad en los laicos, es un solo y único movimiento.
Los laicos que participan en estas asambleas descubren que la acción evangelizadora organizada y orientada por el obispo es efectiva, que aunque el ejercicio de programar se aprende y que cada asamblea es una escuela de todos, se ve con claridad que la opción es la misión, y que para ir a misionar hay que prepararse, organizarse, escuchar la Palabra de Dios y orar mucho.
Aparecida, presenta la espiritualidad popular como “una espiritualidad cristiana que, siendo un encuentro personal con el Señor, integra mucho lo corpóreo, lo sensible, lo simbólico, y las necesidades más concretas de las personas”.
El Papa Francisco en su reciente documento “La alegría del Evangelio”, agradece el número importante de hermanos que dan lo mejor de sí a la Iglesia, y destaca que el aporte que realiza la Iglesia al mundo en nuestro tiempo es enorme.
El Papa Francisco y nuestro obispo Faustino Armendáriz hacen el mismo llamado a volver a optar por una espiritualidad misionera, volver a elegir un tipo de oración y de encuentro con Cristo que integre el servicio al prójimo en su realidad cotidiana, aún más, ir al encuentro de quien está en una dificultad, o, de quien todavía no recibió el anuncio del Evangelio. A tener un estilo de vida misionero, una identidad de discípulo misionero, con una vida espiritual que alimente el encuentro con los demás, el compromiso en el mundo y la pasión evangelizadora. Así, pueden advertirse en muchos agentes evangelizadores, de identidad y con mucho fervor.
Podemos percibir una notable participación de muchos fieles comprometidos en los ministerios laicales, que partiendo del conocimiento de la realidad ayudan a que penetren los valores cristianos en el mundo y por la aplicación del Evangelio a la transformación de la sociedad.
Las asambleas decanales continúan, el trabajo de los consejos parroquiales que ya participaron, afinarán sus programaciones para que cada comunidad y colonia conozca y viva lo programado y pueda hacerse realidad lo que Monseñor Faustino afirma:
El mejor aporte de la Iglesia a la sociedad es la tarea evangelizadora, ya que evangelizando se previenen males como el egoísmo, el suicidio, el aborto, la desintegración familiar, el abandono, la violencia, el hambre porque el mejor regalo que puede recibir una persona es el regalo del Evangelio.
Jorge A. Rangel Sánchez
Decanato Santa Ana