(CODIPACSQRO) Con motivo del vigésimo quinto aniversario de presencia en México de las Hermanas Carmelitas de San José, y en el marco de la profesión de votos perpetuos de las hermanas Elvia Escot Perez, Micaela Villa Varga y Nury Yised Sánchez Quintero, nuestro Obispo, Monseñor Faustino Armendáriz Jiménez, el sábado 16 de noviembre, celebró en el templo del Carmen la solemne Eucaristía en la que aseguró que “la vida solamente vale la pena vivirse, cuando se ama a Dios y cuando se tiene la plena certeza que consagrados a él, podemos servir a los demás”.
En la homilía de acción de gracias, Monseñor Faustino indicó a los asistentes que “esta celebración jubilosa adquiere sentido no sólo por el hecho de cumplir 25 años de su labor apostólica y misionera en México, buscando hacer el bien a los niños, a los enfermos y a los ancianos, sino sobre todo porque es una oportunidad propicia para mirar el rostro de Cristo y renovar el deseo de anunciar su amor y su mensaje de salvación a todos los hombres, hasta los últimos rincones de la tierra”, por lo que invitó a la comunidad a volver constantemente a la fuente de vida –Jesucristo- para seguir anunciando el mensaje del Reino.
En el marco de la profesión de votos de las hermanas, el Obispo dejó claro que la vocación que Dios nos da es la del Amor, y que esta vocación nos ayuda en el encuentro personal con él, con su amor y con Jesucristo, y al participar de esta gracia se da la entrega total a los consejos evangélicos que “antes de ser una renuncia, son una específica acogida del amor de Dios y del misterio de Cristo, vividos en la Iglesia. Abrazando la virginidad, hace suyo el amor virginal de Cristo y lo confiesa al mundo como Hijo unigénito, uno con el Padre; imitando su pobreza, lo confiesa como Hijo que todo lo recibe del Padre y todo lo devuelve en el amor; adhiriéndose con el sacrificio de la propia libertad, al misterio de la obediencia filial, lo confiesa infinitamente amado y amante, como Aquel que se complace sólo en la voluntad del Padre al que está perfectamente unido y del que depende en todo”.
Por último, Don Faustino aseguró que al celebrar estos 25 años de presencia en México, “es oportuno que nos sumemos como comunidad al desafío de la Nueva evangelización, lo cual significa despertar en el corazón y en la mente de nuestros contemporáneos la vida de la fe. La fe que es un don de Dios, pero es importante que nosotros, consagrados y consagradas, mostremos que vivimos de modo concreto la fe, a través del amor, la concordia, la alegría, el sufrimiento, porque esto suscita interrogantes, como al inicio del camino de la Iglesia: ¿por qué vivimos así? ¿Qué es lo que nos impulsa? Son interrogantes que conducen al corazón de la evangelización, que es el testimonio de la fe y de la caridad”.
Esta congregación religiosa trabaja bajo el carisma y el proyecto apostólico de su fundadora, la Madre Rosa Ojeda Creus y vive al estilo humilde y sencillo de San José en el hogar de Nazaret.
Karina Vianney González