(CODIPACSQRO) En la santa Iglesia Catedral, la mañana del sábado 24 de agosto, el Excmo. Sr. Obispo D. Faustino Armendáriz Jiménez recibió la consagración solemne de la Hna. María Julieta Ávila Pérez, quien agradece a Dios por su vida y desea ser un signo preclaro del seguimiento de Jesús, mediante la vivencia de los consejos evangélicos, bajo el carisma de la familia de las Hermanas de Santa Marcelina.
Mons. Armendáriz, dirigiéndose a la Hna. Julieta en su homilía le dijo: «Querida hermana María Julieta, al consagrarse a Dios se consagra como esposa de Cristo, su vida está llamada a ser icono de la familia humana, que se prepara para desposarse con Cristo, el Esposo fiel. De ese amor virginal procede una fecundidad particular, que contribuye al nacimiento y crecimiento de la vida divina en los corazones. Sencillamente sólo hace falta hacer caso a las palabras de María: “hagan lo que él les diga” (v. 5). Si de su vida y de su consagración, desea hacer la alegría de los hombres, es necesario estar siempre atenta a la escucha de la palabra de Dios, de su mensaje y de su misión».
Durante la santa Misa estuvo presente Sor Antonia Contaldo, Delegada Regional en México del Instituto de las Hermanas Marcelinas y hermanas que trabajan en Querétaro y la Ciudad de México, al igual que sus papás y familiares, acompañando a la nueva profesa.
Auxiliadora García Bellorín y Jorge A. Rangel Sánchez