El 7 de Abril, la comunidad de Desarrollo San Pablo que frecuenta el templo de la Divina Misericordia, celebró con el señor obispo Don Faustino Armendáriz Jiménez el Segundo Domingo de Pascua, Domingo de la Divina Misericordia, instituido hace diez años por el Papa Juan Pablo II. Esta comunidad atendida por el Pbro. Luis Araujo Núñez, pertenece territorialmente a la parroquia de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, cuyo párroco es el Pbro. Tomás Ramírez Félix.
Mons. Faustino invitó a los fieles a poner su confianza en el Señor, describió los misterios de la redención: la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. De manera especial destacó el amor misericordioso de Dios, que amó hasta el extremo a la humanidad, dando su vida para ganar a la humanidad de la muerte y del pecado.
Exhortó a los fieles para responder con amor al Amor de Dios, porque sólo con amor se paga. Refiriéndose a la lectura del Evangelio del día, observó que las llagas benditas de las manos y pies clavados, así como las heridas de las espinas y de la lanza son un símbolo del que los apóstoles dan testimonio para que nosotros tengamos certeza que Jesús Resucitó.
Un grupo de niños fueron presentados a la comunidad y al señor obispo para que recibieran por primera vez a Jesús Eucaristía, el Pastor Diocesano invitó a los fieles a dar gracias a Dios, y dijo a los papás y padrinos sobre la importancia de seguir formando a estos niños en la fe, los niños recibieron una Biblia y el Santo Rosario y junto con la comunidad todos cantaron el Credo, para dar testimonio de la fe común, y evidenciar que estamos en el Año de la Fe.
Antes de despedirse animó a la asamblea a formar la Cofradía de Adoración al Santísimo Sacramento, para que ningún Sagrario esté solo.