DOMINGO DE RAMOS EN LA SANTA IGLESIA CATEDRAL DE LA DIÓCESIS DE QUERÉTARO

DOMINGO DE RAMOS
DE LA PASIÓN DEL SEÑOR
Santa Iglesia Catedral, Querétaro, Qro.
10 de abril de 2022, 12:00 horas.
 
La mañana del 10 de abril de 2022, Domingo de Ramos, Mons. Fidencio López Plaza, X Obispo de la Diócesis de Querétaro, presidió la Santa Misa, precedida por la procesión y bendición de las palmas, y concelebrada por Mons. Sacramento Arias Montoya, Pbro. Damian Almaraz Almaraz y el Pbro. José Guadalupe Martínez Osornio.
 
Ante la presencia de los fieles allí congregados, Mons. Fidencio reflexiono sobre el Evangelio destacando tres puntualizaciones:
La mañana del 10 de abril de 2022, Domingo de Ramos, Mons. Fidencio López Plaza, X Obispo de la Diócesis de Querétaro, presidió la Santa Misa precedida por la procesión y bendición de las palmas, y concelebraron Mons. Sacramento Arias Montoya, Pbro. Damian Almaraz Almaraz y el Pbro. José Guadalupe Martínez Osornio.

Ante la presencia de los fieles allí congregados, Mons. Fidencio reflexiono sobre el Evangelio destacando tres puntualizaciones:

Al comenzar la Semana Santa de este año 2022 Jesucristo nos recuerda la primera lección de esta semana de luz y de esperanza, aprender a celebrar el triunfo antes de morir, el mensaje de proclamar a Jesucristo como nuestro Rey y Señor tiene como finalidad ayudarnos a descubrir la lección  de aprender a resucitar antes de morir.

A la luz de la muerte y resurrección de nuestro señor Jesucristo podemos ubicar mejor la pasión de nuestro pueblo sufriente, espantado y agobiado por las crisis y las pandemias de ayer de hoy y de siempre”.

Exhortó a estar abiertos a la novedad de Jesús a quien “solo le preocupaba aliviar el sufrimiento de los enfermos y excluidos de la sociedad, solo le preocupaba el bien de todos los hijos de Dios . Se identificaba demasiado con las víctimas inocentes del imperio y con los olvidados de los escribas, fariseos y sumo sacerdotes; así, ejecutado sin piedad en una cruz, se nos revela ahora Dios identificado para siempre con todas las víctimas inocentes de la historia; así, el grito y el dolor de todos ellos se une ahora al grito de dolor del mismo Dios en el rostro desfigurado del crucificado.

Así se nos revela un Dios sorprendente que rompe nuestras imágenes convencionales de Dios y pone en cuestión la práctica religiosa qué pretende darle culto olvidando el drama de un mundo donde se sigue crucificando a los más débiles e indefensos”.

Aprendamos, dijo, la lección de celebrar el triunfo de Jesús antes de morir identificándonos con las víctimas de la injusticia ya que “no podemos separar a Dios del sufrimiento de los inocentes, no podemos adorar al crucificado y vivir de espaldas al sufrimiento de tantos seres humanos destruidos por el hambre, por la guerra, por la miseria; no podemos pasar de largo ante nuestro hermano que nos grita y nos pide auxilio; Dios nos sigue interpelando desde los crucificados de nuestros días no nos está permitido seguir viviendo como espectadores ante tanto sufrimiento.”

“Estamos en la puerta de la Semana Santa, concluyó el Obispo,  que la Virgen María y señor San José nos ayuden a entrar, a escuchar, a mirar y a servir en el rostro de Jesús el rostro de nuestros hermanos”.