Santiago de Querétaro, Qro., 20 de enero de 2020.
El día 20 de enero de 2020, la Parroquia de San Sebastián ubicada en Calle Primavera 20, Santiago de Querétaro, Qro., cumplió 300 años de haber sido elegida, en el año 1720-2020, ubicada en Calle Primavera 20, Santiago de Querétaro, en este marco Mons. Mario de Gasperin, Gasperin, Administrador Diocesano presidió la Sagrada Eucaristía, y concelebraron, el Párroco Pbro. Rogelio Olvera Vargas, y algunos otros que esta ocasión acompañaron, en esta celebración.
Al inicio de la celebración Don Mario les dijo: “Hermanas y hermanos en esta celebración damos gracias a padre del cielo, por esa misericordia para con nosotros, al hacer su presencia constante por medio de su iglesia en esta comunidad parroquial, 300 años demostrando la misericordia del Señor, cuantas se derramaron desde este altar, damos gracias pues al señor por su santo patrono San Sebastián, ofrecemos esta sacrificio redentor a nuestro señor Jesucristo, la sangre derramada por San Sebastián, que el señor interceda por nosotros.”
En el momento de la homilía les compartió diciendo: “El que da gracias ese me honra cantábamos en el salmo, con el que respondíamos con la oración de acción de gracias, a la primera lectura de la Santa Escritura, el salmo responde a un episodio muy triste que paso con el pueblo de Israel, cuando el rey Saul fue autorizado por Dios, para defenderse de sus enemigos buscaba su destrucción, pero Dios le dijo que le iba a dar la victoria, pero que no se aprovechara de los bienes al obtener la victoria sobre el enemigo, , el Rey Saul no obedeciendo dejo que su gente se aprovechara de los bienes, no reconoció que victoria no había sido por sus méritos sino por gracias de Dios, y por eso le dijo no obedeciste al Señor tu Dios, no me desconociste a mí, por eso yo también te desconozco, y así el primer rey de Israel fue un fracaso por desobediente a la voluntad de Dios.
Por eso la obediencia agrada más a Dios que los sacrificios, cuando hacemos un sacrificio, lo hacemos para darle gracias a Dios, reconocerle a Dios sus bondades, hermanas y hermanos esto eso es lo que estamos haciendo hoy reconociéndole a Dios su inmensa bondades, que durante estos 300 años, ha derramado, imagínense ustedes, cuantos hijos de Dios no creo la madre iglesia a qui desde esta comunidad de este templo, cuanta oración, el perdón de los pecados, el alimento de los hijos de Dios en la Eucaristía, cuantos hicieron aquí su Primera Comunión después la misa de los domingos, cuantos sacerdotes han pasado, cuanta oración a su santo patrono, intercesión de los santos amigos de Dios, incluido San Sebastián que les decía derramo su sangre, porque la sangre de los Mártires es sangre de vida, porque llega hasta la presencia de Dios, también en la persecución religiosa cuantos hombres y mujeres, familias enteras, niños, y jóvenes, religiosos derramaron su sangre por Jesucristo nuestro Señor, cuando una comunidad esta dispuesta a derramar su sangre por Cristo, allí se derrama la bendición, y la salvación de Dios y allí brota la sangre que lava nuestros pecados y los Mártires se unen al sacrificio de Jesucristo.
El Papa Juan Pablo II, hizo una carta muy hermosa para preparar el tercer milenio, que estamos viviendo y allí comentaba de las persecución de los Mártires de las familias, y así en todo el mundo la sangre de Cristo sigue corriendo, entonces el Mártir quiere decir reconstruir una iglesia, y el la casa de Dios la intercesión por nosotros, Dios ha bendecido abundantemente esta parroquia, y decíamos la parroquia es como la fuente donde el pueblo y todos van a beber, a tomas el agua para la vida, aquí esta la fuente de la gracia en la parroquia, desde luego aquí nacemos para Dios en ceno de la iglesia, en la fuente bautismal. Ayer su servidor vino a dar el regalado del Espíritu Santo, en el Sacramento de la Confirmación, ha regalado a los pequeños bautizados, el Espíritu Santo de Dios que nos abre las puertas del paraíso porque el Espíritu Santo fue el que encarno a Jesucristo en el seno de la virgen, para que se siga haciendo en el seno de la madre iglesia.
Después el Sacramento del perdón, en todas partes hay tribunales de justicia, solo la iglesia tiene el sacramento del perdón, Dios es misericordioso y el siempre nos espera con mucho amor. Aquí cuantos esposos han decidido el sacramento del matrimonio y esa gracia se ha derramado en sus familias, ya que es una bendición para toda comunidad porque una familia cristiana es una bendición para toda la sociedad; el Sacramento de la unción también es un consuelo a los enfermos, para reconocer que el consuelo es de dos, y preparados de espíritu desde la casa de Dios, hasta la casa del Padre, todos los sacramentos derraman gracia y desde luego la Santa Eucaristía, el pan de los hijos e Dios es la cumbre de toda la gracia salvadora, por Jesucristo nuestro Señor.
Tenemos la intercesión de los santos, ya decíamos su santo patrono San Sebastián, y nuestra madre Santísima y de Jesús y madre de la iglesia, intercesora especialísima que pide a Dios por nosotros y todos los santos del cielo, y después seguimos hermanos en la parroquia, porque la parroquia es y hace familia de Dios, aquí todos nos damos la paz, no importa quien este junto a nosotros, queriendo decir por todos quiero la paz, a qui la iglesia quiere la paz, la paz que Jesucristo nos trae la pedimos para nuestra sociedad, para nuestra ciudad para nuestra patria, para el mundo entero, porque la iglesia de Jesucristo es constructora de paz, la parroquia como fuente de bendiciones, y de gracias que es la parroquia, en donde tenemos todo lo necesario para nuestra salvación, desde luego los mandamientos de Dios, el camino que hemos de seguir para llegar a la casa del padre, y que nos queda sino dar gracias a Dios por todos los beneficios, y la misericordia de Dios, por eso me da mucho gusto compartir con ustedes estos momentos, y con los sacerdotes, y que esta gracia se derrame y que su bendición para vivir como hijos e Dios. Que el Señor siga bendiciendo a esta parroquia, a sus sacerdotes, su señor Cura y a todos los que laboran aquí, que viven aquí y también para los que no vienen que la gracia salvadora de Dios se manifieste, para que su gracia se derrame para vivir como hijos de Dios, gracias por su testimonio de fe por durante 300 años y que el Señor por intercesión de San Sebastián los siga bendiciendo. Que así sea”.
Al terminar la celebración, todos los fieles recibieron la bendición y le brindaron un aplauso a Don Mario como muestra de agradecimiento.