El 15 de julio…. Pero de 1770, Hace 250 años. ERECCIÓN de la Parroquia SAN JOSE, San José Iturbide, Gto.
Pbro. Francisco F. Gavidia Arteaga.
En la región de los valles centrales de nuestra Diócesis y en la parte más oriental del Estado de Guanajuato, encontramos la ciudad de San José de Iturbide. Posiblemente en sus orígenes estuvo habitada por tribus de indígenas que vinieron del norte, pudo haber sido una población notable; antiguamente había rastros de cimientos de edificaciones. A causa de estos cimientos se le llamó: “Casas viejas”.
Debido a que el territorio de la Parroquia de Xichú de Indios, (hoy Victoria) era muy grande y por la petición de los pobladores, el Excmo. Y Rvmo. Sr. Arzobispo de México D. Manuel Rubio y Salinas, resolvió establecer aquí una Ayuda de Parroquia de acuerdo con el Sr. D. Francisco Güemes de Horcacitas, primer conde de Revillagigedo. El Virrey dio el decreto para que se fundara esta población, el señor Arzobispo Rubio y Salinas proveyó a la fundación de la Capilla Ayuda de Parroquia el 18 de julio de 1753. El terreno pertenecía a la Hacienda de “El Capulín”, el dueño dio su consentimiento, para la fundación de esta población.
El 5 de febrero de 1754 en la falda occidental de una pequeña colina nombrada “Loma de Pájaro”, el señor Cura y Juez Eclesiástico del pueblo de Xichú de Indios, D. José María Rodríguez, tomó posesión del terreno. El primer sacerdote que atendió esta Ayuda de Parroquia fue el Bachiller D. Diego de Izeta.
Desde que se construyó la capilla de este lugar se le encomendó como santo patrono al Señor San José, tomando la Congregación el nombre de “San José de Casas Viejas”.
El Excmo. Y Rvmo. Sr. Arzobispo de México D. Francisco de Lorenzana y Butrón, elevó esta Ayuda de parroquia a Parroquia, siempre con el mismo título y nombre de San José de Casas Viejas” por decreto expedido el 15 de julio de 1770. Fue su primer Cura el padre Antonio Secundino Pérez, esta congregación que se componía de unas cuantas casas, poco a poco fue creciendo, durante la guerra de independencia sufrió grandes trastornos.
La población comenzó a tener una forma ordenada. En marzo de 1821 se establece el primer Ayuntamiento, El 22 de junio de 1821 es aquí en San José donde el General D. Agustín de Iturbide, concedió indulto a los soldados realistas, así Agustín de Iturbide va cobrando fuerza para entrar triunfante a la ciudad de México.
El 9 de octubre de 1849 (ó ¿1859?) la Legislatura de Guanajuato expidió el Decreto concediendo a San José de Casas Viejas el título de Villa, con el nombre oficial de “San José de Iturbide”.
El 6 de mayo de 1866, se colocó la primera piedra del nuevo Templo parroquial, la construcción se hizo durante largos años a base de donativos y limosnas de los fieles. El 30 de Abril de 1872, se bendijo solemnemente la capilla del Señor del Santo Entierro, anexo al templo y la sacristía del nuevo templo. Se derribaron las paredes del antiguo y se abrieron los cimientos del nuevo templo. El antiguo templo parroquial duró 118 años, fue construido en 1754. El iniciador del nuevo templo parroquial fue el padre D. Cipriano Rodríguez, al morir este, el señor Cura D. Nicolás Campa dio impulso extraordinario a esta construcción, continúo con entusiasmo la magna obra, con un nuevo proyecto que fue realizado poco a poco, una obra de belleza arquitectónica incomparable. En un viaje a Roma, al observar la Basílica de San Pedro, quiso hacer una réplica de ésta tratando de imitar los planos y la arquitectura. El 10 de mayo de 1890 murió el padre Campa, sin tener la satisfacción de ver terminado el templo parroquial.
Quien terminó la obra del templo con la debida licencia del señor Obispo de Querétaro, hizo la bendición solemne, fue el padre D. J. Matilde de la Vega el 19 de septiembre de 1895. El 5 de febrero de 1920 se estableció la Adoración Nocturna.
Durante algún tiempo a San José de Iturbide se le llamó ciudad Álvaro Obregón y finalmente el 31 de septiembre de 1948 se le restituyó a esta población y municipio su nombre anterior de San José de Iturbide.
Hoy San José de Iturbide, poco a poco se va convirtiendo en una ciudad grande, se han establecido algunas industrias, sobresale la agricultura, talleres familiares donde se elabora el tejido de acrilán, fabricación de tabiques y losetas. Existen en el municipio diversos establecimientos comerciales, para cubrir la demanda de consumo de sus habitantes. Es una parroquia grande, con grandes problemas, pero con gran variedad de carismas, ministerios y de servicios, hay gente que tiene ganas de trabajar en comunión con su párroco. Ha sido la cuna de varios sacerdotes de nuestra Diócesis.