AÑO DE SAN JOSÉ.
22 de abril…. Pero de 1805, 216 años de la Erección de la PARROQUIA DE LA DIVINA PASTORA Barrio de San Francisquito. Santiago de Querétaro, Qro.
Pbro. Francisco F. Gavidia Arteaga
El 25 de julio de 1531, fue fundado el pueblo novo hispánico de Querétaro… Al trazarse la ahora ciudad de Querétaro se demarcaron los límites entre españoles e indios, los cuales quedaron a prudente distancia de seguridad. Al sureste del centro de la ciudad de Querétaro, “En el Barrio de la Loma” entre 1531 y 1538, se estableció una congregación de indios. Tiempo después los frailes del Convento de Propaganda Fide, levantaron una Capilla para colocar en ella la Imagen de San Francisco. Los vecinos del barrio la empezaron a llamar: “Templo de San Francisquito”. Olvidado por muchos años y por eso mismo el desorden de sus callejas, y construcción humilde sus casas y sus moradores como plantas sin cultivo, creciendo entre maleza de la materia y de espíritu.
A mediados del Siglo XVIII, posiblemente por 1750 un hermano lego donado (cuyo nombre se desconoce) que vivía en el Convento de la Santa Cruz, encargó a un imaginario que le tallara una escultura de la Virgen María en su advocación de la “DIVINA PASTORA”. Allí en ese barrio se ocupó de la enseñanza de la doctrina a los hijos de los indígenas. Antes de morir, al darse cuenta que la imagen de La “DIVINA PASTORA” empezaba a tener devotos entre los fieles, dejó la Imagen en la pequeña Capilla para veneración pública. Con el apoyo de D. Francisco Antonio Alday, en el sitio donde estaba la sencilla Capilla, el 20 de agosto de 1785, se colocó la primera piedra de un nuevo Templo dedicado a la “Divina Pastora”. Fue inaugurado solemnemente el 8 de septiembre de 1786, fiesta de la natividad de la Santísima Virgen, en cuya fecha desde entonces se celebra la fiesta titular del barrio.
El barrio de San Francisquito fue fundado en 1796 y estaba delimitado por las calles que en ese entonces se llamaban callejón del Diamante, calle del Desafío y Culebra, que hoy son las calles de Altamirano, Carrera de Callejas y la actual avenida Constituyentes.
San Francisquito tenía su fuente pública frente al templo de la Divina Pastora, que es un símbolo de la mayor fiesta que llevaban a cabo sus habitantes, y que todavía hoy se conserva como una de las tantas tradiciones de la capital queretana: el Santo de la Divina Pastora.
El 22 de abril de 1805, El Ilmo. Sr. Dr. D. Francisco Xavier Lizana y Beaumont, Arzobispo de México, procedió a la división de la Parroquia de Santiago, creando así la parroquia de la Divina Pastora. Al cabo de algunos años de haber sido Iglesia Parroquial, el templo de la Divina Pastora, quedó solamente como auxiliar de la Parroquia de Santiago. Por mucho tiempo no tuvo sacerdote a tiempo completo. Los sacerdotes venían de Santiago, razón por la cual en algún tiempo se percibían ciertos vacíos en la práctica religiosa reducida a mínimo, sólo se conservó el entusiasmo por celebrar las fiestas patronales.
Pareció brillarles la luz de redención cuando en 1941 se anunció la venida a este barrio de los Padres Salesianos, cosa que nunca sucedió. El Sr. Pbro. Agustín Saavedra Sosa fue nombrado Vicario Cooperador de las Parroquias del Sagrado Corazón y Santiago con residencia en la Iglesia de la Divina Pastora (S. Francisquito) en septiembre de 1954 halló campo propicio para los niños pobres. Sobre las ruinas de lo que fue un antiguo Campo Santo abandonado y el erial que entonces fuera San Francisquito, empezó la labor ruda y tesonera del Padre.
Deseando que los fieles pertenecientes a este Barrio, tuvieran medios más fáciles para atender a sus necesidades espirituales y constatando que contaba con el número suficiente de fieles y confiando sobre todo que procurará ahora más empeño formar pueblo, del Barrio de San Francisquito, poco a poco fue madurando, por decreto del Excmo. Sr. Dr. D. Marciano Tinajero y Estrada, fechado el 2 de agosto de 1956, volvió a ser Iglesia de sede Parroquial.
Se contaba con un pequeño curato y un modesto despacho con los cuales empezaron a trabajar. Ya radicado ahí, el primer pensamiento fue la erección de una Escuela y confiado en la bondad de Dios se inició la matricula con la colocación de la primera piedra, el 22 de octubre de 1956, el Excmo. Sr. Obispo se dignó bendecirla y entregarla a los niños “para su mejoramiento corporal, cultural y espiritual” según sus sentidas frases: “aulas amplias y llenas de luz, campos de juego y alberca fue el segundo paso”.
Se construyó el departamento “San Juan Bosco” destinado a albergar algunos huérfanos. Después se construyó la «Casa del Obrero» que se proponía acondicionar para que los obreros tuvieran allí instrucción, atención religiosa y honesto esparcimiento. Tiempo después se tuvo ahí la Acción Católica, un dispensario médico, y 1°de noviembre 1958, ahí nació la Caja de Ahorro y Préstamo “Divina Pastora”, y que después cambiara por Gonzalo Vega, ahí tuvo sus inicios en el popular Barrio de San Francisquito. Fue el padre Agustín Saavedra Sosa, quien organizó a un grupo de feligreses para apoyarse mutuamente a través de una cooperativa. El objetivo claro era contribuir a mejorar las condiciones sociales de la comunidad. Era un centro de mucho movimiento apostólico.
Para poder llevar a cabo esta labor, el P. Saavedra tuvo que luchar a brazo partido en todos sentidos; gracias a Dios vio coronados sus esfuerzos «todo sea para la gloria de Dios y santificación de su propia alma». El “Centro Don Bosco” trabajo a lo largo de 10 años, hasta la llegada del Excmo. Sr. Alfonso Toriz.
En las décadas de los 60 ya se contaba con el anexo del Templo parroquial. Al llegar el padre Alberto Montes Olvera, a mediados de 1998, nació la ilusión de poder contar con un lugar digno y funcional para las celebraciones Eucarísticas y mejores salones para la evangelización.