1º. RETIRO DIOCESANO DE PEQUEÑAS COMUNIDADES DE BASE.

Auditorio Josefa Ortiz de Domínguez, Querétaro, Qro. 23 de junio de 2019.

El día 23 de junio de 2019, se llevo a cabo el primer Retiro de Pequeñas Comunidades de Base, en el Auditorio Josefa Ortiz de Domínguez, ubicado en Av. Constituyentes, Esq, Sierra de Zimapán S/N, Villas del Sol, Querétaro, Qro., a la cual asistieron un gran número de comunidades de Base, movimientos y asociaciones de los distintos Decanatos, pertenecientes a la Diócesis de Querétaro, con el fin de impulsar los procesos evangelizadores presentes en la Diócesis. Presidió la Santa Eucaristía el Pbro.  Rogelio Olvera Vargas, Vicario Episcopal de Pastoral, quien al inicio les comento diciendo:

“Hoy como familia nos hemos reunido para escuchar, lo que nos habla a través palabra habla Señor que tú sirves y escucha. Hay que estar bien despiertos para escuchar a Dios, El siempre nos llama a cosas muy grandes y cómo han dicho los Obispos en este Proyecto Global de Pastoral Dios soñó muchas cosas hermosas para nosotros; y claro que nosotros podemos verlas ya realizadas, teniendo como modelo y presencia maternal de la Santísima Virgen de Guadalupe, ella que ha acompañado a nuestro país y estamos por celebrar 500 años de este gran acontecimiento, que nos da identidad como pueblo, como Iglesia y también el acontecimiento de la redención 2000 años de que Jesús se hizo hombre y tomó nuestra condición humana, verdadero Dios y verdadero hombre, que vino a redimirnos para mostrarnos el rostro misericordioso de Dios.

Por eso hermanos, vamos a pedirle al Señor que bendiga a cada uno de los que estamos aquí; que nunca perdamos esa conciencia de que somos sus hijos, pero también que bendiga nuestras familias y comunidad en la  que Dios nos ha puesto para crecer, para aprender a cambiar juntos y también bendiga a nuestras pequeñas comunidades de hermanos en la fe, donde se robustece la fe,  donde aprendemos; como decía el padre que la conversión es una tarea ejemplar y para siempre, también que bendiga a nuestras parroquias, una parroquia es comunidad de comunidades, que seamos parroquias vivas, donde siempre vemos ese testimonio alegre de un Jesús resucitado, de un Jesús cercano, de un Jesús con cariño y caridad; con estas intenciones y las que hemos presentado al inicio de este retiro vamos a iniciar esta Eucaristía.

En el momento de la Homilía les compartió diciendo: “Reciban este saludos fraterno y afectuoso de Mons. Faustino, nuestro Pastor Diocesano, que por unos contratiempos pastorales no pudo estar hoy aquí con nosotros; ciertamente el trabajo de nuestro Pastor Diocesano, de nuestro Obispo en estos días celebrábamos ya ocho años de su presencia aquí en Querétaro, ¿Qué día llego Mons. Faustino, en qué lugar lo recibimos, cuantas personas estaban? ¿Quién lo recuerda? -Ocho años ya de su presencia aquí en nuestra Diócesis y aunque no está presente, está con nosotros en espíritu, orando por nosotros, vamos a ofrecerle un fuerte aplauso en agradecimiento por esos ocho años de su presencia entre nosotros. 


¿Y porque hago referencia en este momento a nuestro Obispo Diocesano? -Él desde que llegó aquí a nuestra Diócesis precisamente en ese acontecimiento que vivimos hace 8 años, pues él dijo y lo ha ido impulsando, dándole continuidad a todo este caminar pastoral de nuestra Diócesis, que se concreta y se refleja en nuestro Plan Diocesano de Pastoral; y que ahora estamos ya en la 4ª etapa de nuestro Plan; a veces podemos pensar ¿y es el obispo que Dios tenía pensado para nosotros, en este contexto que vivimos? -yo les puedo decir desde mi trabajo en la Vicaria y en esa experiencia de acompañar al Señor, Dios nunca se equivoca, nos va dando los pastores, los sacerdotes que el pueblo de Dios necesita, para seguir impulsando este proceso, como hemos dicho también para dar un paso más en nuestro caminar pastoral. ¿Ustedes creen que Dios se equivocó con los papás que ustedes tuvieron?;

Dios tiene también su plan para cada uno de nosotros, Mons. Faustino Armendáriz estuvo presente en la 5ª Conferencia Latinoamericana,  allá en Aparecida, junto con ahora el Papa Francisco; cuando llega aquí en México forma parte del equipo Nacional de los Obispos y le dejan una sola tarea en el año 2009, dos años después de la Conferencia de impulsar en todo el país la misión permanente, tarea no tan sencilla, es decir volver a la  identidad, a la tarea que la Iglesia tiene, como ya lo decía Pablo VI “La Iglesia existe para evangelizar”; y por eso una frase que refleja también su pensamiento en los primeros días y años de Mons. Faustino, aquí en Querétaro nos decía: -¿qué hora es? -la hora de evangelizar.

Retomando esa invitación de los Obispos allá en Aparecida, que asumieron solamente un objetivo, una tarea, no muchas tareas, porque a veces nos podemos perder en muchas tareas «hacer de todo creyente, un discípulo misionero». «Hacer que todo bautizado tome conciencia de su misión», por lo tanto, es despertar conciencias, es continuar un proceso, y lo más importante es dar frutos; es decir, que no nos podemos quedar solamente recibiendo, sino que tenemos que salir, ya con expresiones del Papa Francisco, a las calles, a las periferias geográficas y existenciales, tenemos que ser una parroquia de puertas abiertas y en salida misionera.

Y entonces aquí nosotros en Querétaro, en el año 2010 y 2016, estábamos trabajando la tercera etapa del Plan Diocesano de Pastoral y precisamente el lema de esta etapa era la de:  «Ser una Diócesis en misión permanente», no sé si recuerdan esas grandes misiones que impulsó Mons. Fidencio con su trabajo desde la Vicaria de Pastoral, que inclusive hizo está un itinerario a través de unos libros muy concretos, el libro de la parroquia, el de iniciación cristiana y otros libros que también de una forma fueron marcando la pauta y la dinámica y después de algunos años no sé si escucharon otra frase de Mons. Faustino, que fue también de alguna manera también impulsando, la primer fue «¿qué hora es? -es la hora de evangelizar»; después una segunda expresión y de otro trabajo que también realizó en la conferencia Episcopal decía «es la hora de los laicos».

Los laicos también tienen que asumir su protagonismo, no solamente en el quehacer de la iglesia, sino también a la transformación de la sociedad, recuerden que tuvimos un gran acontecimiento el año pasado Juntos por México, un acontecimiento nacional, una expresión de toda la Iglesia de México, donde precisamente se impulsaba este papel, esta tarea tan importante en las estructuras sociales de los laicos y ahora una expresión que Mons. Faustino está impulsando, recuerden que estamos haciendo un poquito el recuento de 8 años, yo lo resumí en 3 expresiones que el ha utilizado y creo que si la hacemos en conjunto como lo voy a explicar ahorita nos dan una pauta para impulsar y trabajar en nuestras parroquias, en nuestras pequeñas comunidades,, «¿qué hora es es? -la hora de los laicos, La Iglesia dice ahora Mons. Faustino.

Están invitada hoy a trabajar en comunión» es la hora de trabajar en comunión y en la expresión del Papa Francisco «en trabajar en sinodalidad», hoy sabemos que no podemos trabajar solos ni aislados, tenemos que aprender hacer una Pastoral de Conjunto, hacer una verdadera Iglesia, por eso hermano su primer referente que no se nos tiene que olvidar si queremos estar en esa comunión, y en esa continuidad con la Iglesia de Cristo a través de uno de sus sucesores presente en medio de nosotros, como es nuestro Obispo, en esa vinculación con la cabeza de la iglesia el Papa Francisco es escuchar sus orientaciones.

Es también reflejar y plasmar y contemplar a nivel personal, a nivel familiar, a nivel pequeña comunidad, a nivel parroquial, porque podemos estar escuchando y decir «hay qué bonito» y así nos la podemos pasar, lo importante también es recoger, discernir lo que Dios nos pide y nos llama realizar a través de nuestro Pastor Diocesano;  y esto lo quiero decir porque primeramente Dios, el próximo año, así como nos reunimos en un retiro para fortalecer nuestra fe y reflexionar temas muy importantes, ahora como lo estamos haciendo desde lugares bíblicos, primeramente Dios el próximo año vamos a retomar una de las expresiones concretas que el Obispo está impulsando en las Visitas Pastorales; precisamente que es el visiteo casa, por casa, -¿no les gustaría que el próximo año nos reunamos en una parroquia vamos a poner un ejemplo Santa Lucía y que llegáramos más de 2000 laicos hacer un gran visiteo y poner en práctica que la iglesia existe para evangelizar? -ya lo estamos haciendo desde hace unos años en el mes de agosto, estamos visitando a cada una de las misiones donde estuvo San Junípero Serra, este año vamos a estar en Tilaco, la idea y el propósito del Señor Obispo es que, salgamos a las calles, que no nos quedemos en las Iglesias, en los templos esperando a que lleguen los hermanos, tenemos que ir los a buscar y a compartir nuestra experiencia de Dios, a dar ese testimonio, esa alegría de ser católicos.

Por cierto ¿dónde están los de QCN?, – que la alegría de ser católicos, la alegría de vivir esa experiencia de encuentro con Jesús y de forma permanente; estamos invitados también, como ya lo hemos hecho en algún momento, de salir a esas plazas públicas, a compartir nuestro mensaje, a dar esperanza, resucitar también la fe y por qué no, hasta de ser nuestra propia experiencia por el testimonio de otros, de cómo viven de forma sencilla su fe; y ciertamente si es la hora de los laicos y también es muy importante como nos ha invitado y nos invita Mons. Faustino,  a que realmente asumamos ese papel importante que tiene todo bautizado, de asumir su protagonismo, en transformar la sociedad con los valores del Evangelio;  no podemos permanecer indiferentes ante las realidades que vivimos, por eso de ahí la importancia de conocer siempre y acercarnos de forma sencilla y humilde a lo que la Iglesia nos enseña a través de su magisterio, la Doctrina Social de la Iglesia y el Papa Francisco lo ha dicho de una forma muy sencilla: «la dimensión social del kerigma», no podemos solamente acercarnos y tener ese encuentro con Jesús y no compartirlo con los demás y no siendo solidarios con los demás y no ayudando a los desprotegidos, a los hermanos que están en situaciones vulnerables y que a veces lamentablemente van perdiendo su propia dignidad, hoy ante esta crisis antropológica, como dicen los Obispos en el Proyecto Global de Pastoral, tenemos que restablecer y sanar las relaciones interpersonales, tenemos que aprender a convivir unos con otros, tenemos que aprender a relacionarnos, tenemos que aprender a valorar lo que el otro nos puede ofrecer.

Porque precisamente un tercer signo y expresión que Mons. Faustino nos está expresando ahora es tiempo de trabajar juntos no desarticulados, no de forma paralela. Por eso hoy estamos celebrando el primer Encuentro Diocesano de todos los procesos y propuestas evangelizadoras presentes en la Diócesis, y como sabemos históricamente, la más antigua surgida precisamente en nuestro continente son las Comunidades Eclesiales de Base. Por cierto ¿Si vinieron? ¿quiénes son de las comunidades eclesiales de base? -y otra propuesta que ciertamente ha influido también en muchos países latinoamericanos y de una forma muy especial aquí en Querétaro con algunos sacerdotes que la conocieron y la impulsaron y ciertamente el Espíritu Santo suscitó en el padre Alfonso Navarro esta propuesta;  es el sistema integral de la nueva evangelización, SINE, ¿Dónde están los del SINE?, de varias parroquias, de Pentecostés, de Banthi, de Santa Lucia, Cristo Profeta, San Juan Bautista, y en Jalpan que también están impulsado el Sistema Integral de Evangelización.

 

En la mañana me saludaban los de EAS, ¿donde están los de EAS?, de Pedro Escobedo, Amazcala, y la pregunta es: así como está la Renovación Carismática, los Neocatecumenos las comunidades que surgen precisamente de los servidores de la Palabra, el Movimiento Familiar Cristiano, ¿cuál de ellos es más importante? -TODOS, porque todas buscan y ayudan a cada uno de nosotros a profundizar nuestra fe, a arraigarnos en una experiencia profunda de Dios, y de allí entonces que tenemos que generar esa comunión, donde todos impulsemos todo y que todos trabajemos juntos, ya este ejercicio lo hicimos por primera vez en un decanato, en el decanato de  Santa María Amelaco, en santa Lucía la Torre, Huimilpan, Lagunillas, Amealco, primeramente Dios el próximo año también estaremos haciendo estos encuentros decanales de pequeñas comunidades para qué, con un solo objetivo, no para ver quién trabaja más, o quien tiene más miembros, no, a ver quién lleva bien los libros, no, el objetivo es para aprender a caminar juntos, para valorar lo que mi hermano hace, para reconocer también lo que Dios va suscitando a través de está experiencia, de esta parroquia, y que se puede sumar también a nuestra experiencia que vamos llevando en nuestras pequeñas comunidades.

Y hay ciertos elementos muy significativos que hemos estado analizando y que de alguna manera han fortalecido la perseverancia, la constancia, pero lo más importante la fidelidad a Dios, el siempre va a ser fiel y un momento muy puntual que precisamente fortalece una propuesta evangelizadora, es el encuentro de los hermanos, es el momento en el cual se reúnen para juntos hacer oración, para juntos pedir la intersecion de la Santísima Virgen, para entronizarla en nuestras reuniones, para que en torno a ella nos convirtamos en una Iglesia orante, una Iglesia que camina con esa conciencia de que hay una Madre que nos acompaña y que nos escucha, una Madre que nos alienta, «no tengan miedo», una Madre que nos invita a decirle si a su Hijo; pero también  un momento importante, que fortalece una pequeña comunidad, es cuando nos reunimos en una Asamblea para juntos escuchar a Dios que nos habla, para juntos alimentarnos de ese banquete que el Señor nos ofrece, que es la Eucaristía, en otras palabras, si nosotros no tenemos esa convicción, ese gusto, esa familiaridad, esa espiritual Mariana, ese valorar la Eucaristía, como una fuente y culmen de la vida Cristiana, ¿Que pasa con una pequeña comunidad? -Se muere, se va apagando, porque sus raíces no se van alimentando precisamente de la fuente, de la savia que viene de Dios.

De ahí que en este día queremos resaltar especialmente la importancia que tiene la Eucaristía en una pequeña comunidad, creo que la Eucaristía nos lleva no solamente a reunirnos como hermanos y juntos pedir perdón y juntos alabar a Dios, sino también para que juntos podamos emprender  nuevos caminos, por los cuales podamos cumplir la tarea y la identidad de la Iglesia, que es evangelizar; y una propuesta que estamos también impulsando en esta tarea que queremos asumir es, no quedarnos indiferentes ante los hermanos que se están alejando de la Iglesia, no podemos permanecer indiferentes a nuestros jóvenes que caminan sin rumbo, ciertamente muchos de ellos, ¿dónde están los jóvenes? -Pónganse de pie los jóvenes que están aquí presentes en la Eucaristía, y con estos jóvenes y más jóvenes que se sumen a este proyecto, podemos entonces hacer realidad ese sueño, de que el joven evangelice al joven;  pero también siempre apoyado y motivado por los adultos.

El Papa Francisco fue muy claro en la jornada en Panamá, cuestionado los adultos y nos cuestiona el día de hoy a nosotros también, nosotros como adultos ¿Que estamos haciendo para que los jóvenes se encuentran con Jesucristo? -Les proclamó la Palabra, está muy bien, pero, ante todo, como vimos; hace un ratito con el padre Martín, tenemos que dar testimonio, tenemos que contagiar esa alegría, un día fuimos jóvenes, y lo somos de corazón ¿Donde están los jóvenes de corazón? -Y los jóvenes nos piden no solamente el testimonio, ellos de una forma muy concreta nos piden coherencia, que lo que predican lo apliquen en su propia vida, y para eso no tenemos que hablar tanto, que se nos note también esa alegría de seguir a Jesús, por los caminos que el nos va mostrando, lo importante es aplicarlo en esa actitud permanente.

Por eso en este primer Encuentro Diocesano, queremos impulsar los procesos evangelizadores presentes en la Diócesis, queremos valorar esta riqueza que desde las Conferencias Latinoamericanas, que desde los Obispos anteriores a Mons.  Faustino, ¿Quien recuerda a Mons. Alfonso Toriz Cobián?, ¿Mons. Mario? Quien todavía está presente, nuestro obispo emérito, todo este esfuerzo, trabajo y amor por la Iglesia; Mons. Faustino lleva ocho años en la Diócesis y los que Dios nos permita caminar con el, pero lo importante es, como lo dice en esta expresión, «es el tiempo de caminar juntos, es el tiempo de la sinodalidad», por eso como Iglesia hoy queremos también reflejar y hacer un signo visible que sea esta Eucaristía.

Hermanos pidámosle al Señor, como decía la segunda lectura, que nos esforzamos en vivir en comunión, no haciendo diferencia de donde somos, no haciendo diferencia de cuál es el método, la propuesta mejor, lo importante es tomar conciencia de que tenemos un solo Dios y Él nos llama a cada unos de nosotros, nos invita por medio de Jesús a tomar nuestra cruz de cada día y díganme los que ya llevan años en pequeña comunidad, ¿Es sencillo? -No, sabemos que caminar en pequeña comunidad, compartir la vida con otros no es sencillo, pero no es imposible, porque es el Señor, quien nos a invitado a estar en esta experiencia;  de ahí la importancia de negarnos a nosotros mismos, de no buscar nuestros  propios intereses, sino siempre el bien de los demás, porque entonces podremos hacer realidad lo que un día Jesús pidió al padre del cielo, «Padre que sean uno como tú y yo somos uno» y que eso lo vayamos reflejando y que eso lo vayamos mostrando en la actitud de compartir, en la actitud de valorarnos, de encontrarnos en el camino y saludarnos, de encontrarnos en el pasillo y también como la hacíamos hace un momento, de darnos un abrazo como un signo también de que Dios está en nuestro corazón, como un signo de que queremos aprender a caminar juntos en comunión, no cada quien por su lado, sino todos trabajando y movidos por el mismo Espíritu que Jesucristo nos a dejado y el cual nos invita a que vivamos está realidad, el cual nos enseña y recuerda todo lo que Jesús nos dijo.

Por eso hermanos, este signo siempre me a llamado la atención en un retiro, aquí está el crucifijo, pero siempre en ese signo está una cruz vacía, Jesús que nos invita, desde tu realidad, desde lo que estás viviendo, a qué no nos bajemos de la cruz, a no tirar la toalla, ya no quiero perseverar, cuando llegue ese sentimiento, esa tentación no olvides que Jesús subió a la cruz para quedarse, para que desde ahí siempre él pueda manifestar su amor por cada uno de nosotros;  y eso fue lo que nos movió y eso es lo que nos une, ese grande amor de Jesús que hoy de un modo muy especial lo podemos recibir porque realmente él se hace presente en la Eucaristía y lo recibimos en su cuerpo y en su sangre; por eso con humildad y sencillez digamos y reflexionemos un momento, «Señor no soy digno de que entres en mi casa pero sé, que voy aprendiendo cada día, una palabra tuya bastará para sanarme;  y cuando experimento tu presencia la salud que me renueva, esa presencia tuya que hace todo nuevo, entonces seré capaz de descubrirte en cada uno de mis hermanos, entonces me esforzaré para aprender a convivir y compartir la vida con los demás, entonces seré un verdadero testigo tuyo en medio del mundo».

Pues pidamos esta gracia especial al Señor y sigamos perseverando especialmente por esta presencia real de Jesucristo que nos convoca, que nos reúne y que también nos alimenta, para que perseveremos, para que no claudiquemos en esta experiencia de ser discípulos misioneros, especialmente de compartir nuestra experiencia a los demás hermanos. Que así sea”.