Ciento cincuenta años de la fundación del Seminario Conciliar de Querétaro y un nuevo obispo de esta diócesis queretana, es sin lugar a dudas, fruto del Espíritu Santo a una trayectoria histórica de formación eclesiástica en la diócesis y el gran regalo para esta dichosa diócesis de un nuevo obispo, ahora, en la persona de Monseñor Fidencio López Plaza, obispo electo para la diócesis de San Andrés Tuxtla, Veracruz.
Monseñor Fidencio López Plaza, hasta ahora, Vicario Episcopal de Pastoral de la diócesis se ha caracterizado en sus treinta tres años de vida sacerdotal por sus dotes teológicos y pastorales; es actualmente párroco de la Parroquia del Misterio de Pentecostés de la ciudad de Querétaro y el responsable de coordinar e impulsar el Plan Diocesano de Pastoral, que con una visión estratégica ha sabido orientar el trabajo diocesano, asumiendo y concretando las enseñanzas del magisterio de la Iglesia y las exigencias de nuestro mundo moderno y nuestra situación actual. En hora buena para este hermano sacerdote en su nueva misión como Obispo al frente de una diócesis que con su carisma y espíritu de servicio será una nueva esperanza para el pueblo de Dios y de quienes también anhelan pastores comprometidos y cercanos al pueblo.
El Papa Francisco ha insistido en la necesidad de Pastores que amen, sirvan y estén cerca del pueblo, sobre todo de los más pobres, este es el perfil que mejor responde al estilo de Jesús, más allá de los títulos académicos y de las destrezas para las relaciones públicas, ha dicho que se necesita de sacerdotes creíbles por su entrega y testimonio, con gran celo pastoral para buscar siempre el bien espiritual y temporal del pueblo de Dios y, desde luego también, de toda una sociedad que demanda liderazgos con autoridad moral.
Nuestro seminario diocesano sigue haciendo historia, en el que no sólo brillan las luces, sino también los momentos oscuros en el que no se ha estado a la altura para responder con inteligencia, honestidad y valentía a las expectativas de algunos sectores del pueblo de Dios y de la sociedad en sus etapas críticas, como el de algunos sacerdotes con poca sensibilidad y compromiso ante los problemas sociales, el silencio ante el despojo de territorios, obreros y trabajadores abandonados a su suerte, jóvenes y estudiantes con quienes poco nos hemos comprometido, maestros y profesionistas a quienes casi no se les reconoce los esfuerzos que hacen por una mejor educación y un empleo seguro, los pobres que son cada vez más empobrecidos, la salud, la educación y el trabajo ya no son parte de nuestras preocupaciones pastorales. Es necesario retomar la integralidad de nuestra labor evangelizadora y misionera y hacer creíble que es posible vivir el Reino de Dios desde la tierra.
La formación académica es indispensable pero es más indispensable para el pastor, la experiencia espiritual y pastoral que se adquiere en el encuentro intimo con el Evangelio, la oración y el servicio caritativo, que brota del amor a Dios, en bien del pueblo, sobre todo, de los más pobres y necesitados.
Mons. Fidencio López Plaza sabe mejor y sobre todo, vive estas exigencias evangélicas, su experiencia de fe, su amor a la morenita del Tepeyac y su servicio a la Iglesia siempre serán fecundos para ejercer su ministerio episcopal en comunión y participación con su hermanos obispos y será un gran misionero como lo pide el Documento de Aparecida. Discípulos y misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en Él tengan vida. “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida.” (Jn. 16,4).
Nuestras oraciones serán la mejor compañía y comunión con el Sr. Obispo electo de San Andrés Tuxtla, Veracruz. Que Dios los bendiga.
Pbro. Gabino Hernández Tepetate