Iniciamos el 2014 con la conmemoración del 150 aniversario de la Erección Canónica de la Diócesis de Querétaro, acontecimiento que se celebrará el próximo día 7 de febrero, fecha en la que exactamente se ejecuto la Bula Papal para dicha erección hace un siglo y medio. Cabe hacer mención que en esta fecha también se conmemora el cincuentenario de la Coronación Pontificia de la Santísima Virgen de los Dolores de Soriano, imagen muy querida por los queretanos.
Nuestra ciudad de San Juan del Río, pertenece desde su erección a la Diócesis de Querétaro y tal motivo es que dedique esta breve columna y las siguientes, para hablar un poco de este aniversario tan importante y que llena de gozo a los queretanos, por su significado religioso, histórico, social y cultural.
La actual Diócesis de Querétaro fue erigida, por Su Santidad el Beato Papa Pío IX, mediante la Bula llamada: Deo Optimo Maximo de fecha 26 de enero de 1863. Dicho documento contiene los elementos constitutivos de una Diócesis y viene a ser como el acta de nacimiento del Obispado de Querétaro, estableciendo entre otras cosas: Obispo, catedral, cabildo, patronos celestiales, seminario, ciudad episcopal, parroquias, fieles y diezmos.
El territorio de nuestra actual Diócesis, perteneció por muchos años a la actual Arquidiócesis de México, misma que fue erigida como Diócesis, por el Su Santidad el Papa Clemente VII, en virtud de la Bula Sacri Apostolatus Ministerio de fecha 2 de septiembre de 1530, nombrando como primer obispo al devotísimo guardián de la Guadalupana, Fray Juan de Zumárraga.
El actual territorio de la Diócesis de Querétaro, por cuestión de sus límites y en su momento por el derecho a los diezmos entre los Obispados de México y de Michoacán, dio origen al llamado: «El pleito grande» entre los obispos don Fray Juan de Zumárraga y don Vasco de Quiroga, a quienes la muerte no dejó ver el final de este pleito que concluyó hasta 1581, con una transacción con la Mitra de México en que se convino que Querétaro y Casas Viejas (la parte oriente del actual Estado de Guanajuato) se adjudicasen al Arzobispado de México.
En la Bula Deo Optimo Maximo, dice el Papa: «…entre los medios necesarios a un verdadero cristiano para servir a Dios y conseguir la bienaventuranza en la Diócesis; Nos, siguiendo el ejemplo de Nuestros predecesores aprovechamos con gusto las ocasiones que se nos ofrecen de fundar nuevas iglesias, particularmente en aquellos lugares que por estar muy distantes de nosotros y por ser sumamente extensos, no pueden ser gobernados por un solo Obispo, aún cuando tenga la mayor solicitud por la felicidad de su pueblo. Hemos entendido muy bien que será de mucha gloria para la Religión Católica, de grande utilidad y provecho, el que se divida la extensísima diócesis de la Iglesia Metropolitana de México para formar nuevo Obispado, como lo exige la necesidad de los fieles».
Cuanta razón tenía el Papa Pío IX, al desmembrar el territorio de Querétaro y Casas Viejas de la Arquidiócesis de México y erigir la actual Diócesis de Querétaro; ya que efectivamente, ha sido para mucha gloria de la Religión y provecho de los fieles.
Nombró el Papa para ejecutar la Bula de erección de la Diócesis de Querétaro al Ilmo. y Rvmo. Sr. Dr. y Lic. Don Clemente de Jesús Munguía, quien el 8 de marzo de 1863 se le nombró como primer Arzobispo metropolitano de Michoacán. Sin embargo, por cuestiones de salud, subdelegó dicho encargo al recién nombrado Obispo Electo de León, Guanajuato, el Ilmo. y Rvmo. Sr. Dr. Don José María de Jesús Díez de Sollano y Dávalos, quien el día domingo 7 de febrero de 1864 llevo a cabo la Erección Canónica de la Diócesis de Querétaro, tomando posesión ese mismo día su primer Obispo el Ilmo. y Rvmo. Sr. Dr. Don Bernardo Gárate y López Arizmendi, quien no lo hizo de manera personal, si por medio de un apoderado que fue el Pbro. Lic. Don Luis Gonzaga Borja.
Es de esta forma cómo nace la actual Diócesis de Querétaro, que en este año cumple sus primero ciento cincuenta años.
Lic. Francisco Pájaro Anaya