Sobre las diversas formas de escudos tradicionales, aragonés, alemán, italiano, portugués, etc., se ha preferido la forma sencilla acorde al gusto moderno; surge de un rectángulo que posibilita el círculo en la parte inferior, encuentro del rectángulo y del círculo. Los cuarteles no siguen una división regular, sino que se reparten según la distribución que permite un árbol de olivo en forma de cruz o una cruz que evoca el olivo con centro  horadado de fondo blanco: nos habla de la entrada en el misterio divino cuya profundidad toca el infinito, que en parte conocemos, y en parte ignoramos; es el acercamiento al  ‘Deus absconditus’ por el ‘Deus revelatus’. De ese Deus revelatus, el brazo izquierdo (contemplado de izquierda a derecha) penden las hojas y las olivas de la economía salvífica de la antigua Alianza de colores verdes en tonalidades fuertes; del brazo derecho penden las hojas y las olivas, de tonos más claros, nuevas, de la plenitud de la economía salvífica, el Nuevo Testamento. De las olivas trituradas procede el aceite que se utilizaba para la unción del rey, de los sacerdotes; del Sumo Sacerdote Aarón, baja el ungüento hasta el gorjal de sus vestiduras: comunión de todo el pueblo sacerdotal (Sal 132). El Mesías es el Ungido de Yahvé por excelencia y el Unigénito del Padre, que en la Historia es Jesús de Nazaret quien por su misterio pascual nos consagra en Pueblo de Reyes, Asamblea Santa y Pueblo Sacerdotal. La cruz abraza toda la revelación y está ordenada a abrazar todo el orbe y todos los tiempos en su proyección  sacerdotal, sacramental, profética y martirial.

La leyenda o lema: (Gloria Dei vivens homo) es la síntesis de toda la economía salvífica: la gloria de Dios es el peso específico del ser divino y por tanto del amor que vivifica al hombre a escala trinitaria; el lema se inscribe en el cuartes inferior izquierdo de color gualda, color pontificio, pues el Obispo forma colegio con el Papa a la Cabeza. En el cuartel opuesto destaca una grafía o logotipo blanco con fondo azul cobalto que nos recuerda en griego a la Santísima Virgen María como Madre de Dios (Méter Theoû); la letra theta se inscribe en una cruz, para evocarla como Virgen de los Dolores, Dolores de Soriano, Patrona de la Diócesis de Querétaro. El cuartel superior derecho es un fondo rojo: nos habla del testimonio del amor. El Obispo ha de ser testigo del amor hasta el martirio; color de Pentecostés. La misión del Obispo procede de este misterio pues  todo Obispo es sucesor de los Apóstoles. Finalmente, el cuartel superior izquierdo de color púrpura cargado más al violáceo: los medievales conocían el efecto combinatorio entre los vidrios azules y los rojos, da el efecto señalado; color celeste y el color del martirio. Con este color  se une lo divino con lo humano, la Vida con la vida.